A través de las épocas la melancolía ha inspirado al escritor, pues la melancolía y sus síntomas acompañan siempre el reflejo de la escritura: de Homero a los escritores del siglo XXI, tanto en Inglaterra, Alemania, Francia, España, Italia, etc., ya sea en el comienzo de la modernidad con escritores como Cervantes, Descartes y Montaigne, o también con la mayoría de los poetas, que sienten el deseo irrefrenable de plasmar su estado melancólico en sus poemas, como harán Edmund Spencer (tristeza bucólica), Shakespeare (melancolía trágica), John Fletcher (‘dulce melancolía’), John Donne (melancolía metafísica), etc. En Alemania la Sehnsucht, tan afín a los románticos, conduce a una verdadera crisis del ser humano, que llega a dudar de su propia identidad. Pero, si analizamos a las heroínas ¿Qué es si no la insatisfacción crónica afectiva de Emma Bovary sino una melancolía erótica?, ¿y el amor ciego e imposible de Ana Karenina? Todos los estados, síntomas y personajes son variaciones sobre el signo de Saturno, el astro de la melancolía, y su existencia, su realidad, es un estado de lasitud, de abatimiento y desesperanza.