En Canarias se trasplantó un alfabeto líbico-bereber cuya investigación es crucial para conocer el origen de sus usuarios. En esta obra se analizan más de 1500 inscripciones continentales e insulares. Con respecto a estas últimas, se ha incidido en El Hierro por ser el límite occidental de su difusión y la isla canaria más densamente escrita. Del estudio histórico, arqueológico y epigráfico de estos alfabetos ha surgido una nueva clasificación. Dentro de ella destaca la variedad meridional, por ser la que arribó a las Islas a comienzos de la era. El análisis lingüístico histórico-comparativo del corpus canario ha permitido identificar morfemas y palabras pertenecientes al campo mostrativo de las lenguas libio-bereberes, logrando con ello su transcripción.